Deberíamos hacer lo que amamos en definitiva, pero el miedo
puede más, el riesgo nos ahuyenta. “Más vale pájaro en mano que ver un ciento
volando”, frase que nos atornilla la mente y golpetea con un martillo imaginario
en la cabeza cada vez que queremos adentrarnos en una aventura.
Cuantos poetas, emprendedores, cantantes, escritores hemos muerto por esa frase, cuantos más porque
nuestros padres nos dijeron que de que íbamos a vivir, que de que íbamos a comer.
“Mirad cómo las aves del cielo no
siembran, ni siegan, ni encierran en graneros, y vuestro Padre celestial las
alimenta”.
No os
preocupéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, qué beberemos o qué vestiremos? Los
gentiles se afanan por todo eso;...
¿Entonces?
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